Mil millones de años en el futuro, Diaspar es la ultima ciudad habitable sobre el planeta Tierra. O al menos eso es lo que creen sus habitantes.
En el pasado remoto, la humanidad expandió sus dominios a través de las estrellas. Hasta que llamaron la atención de unos flemáticos y severos seres llamados Los invasores. Estos alienigenas fueron eliminando las colonias humanas como quien se deshace de la mala hierba.
Al final, permiten sobrevivir a la humanidad con la condición de que vivieran en una sola ciudad en la Tierra, Diaspar. Convierten a esta ciudad en un sistema cerrado, mediante campos de energía. A los humanos les esta vedado salir de ella, el solo pensar en escapar se convierte en tabú. A los habitantes de Diaspar se les instruye desde el inicio de su existencia que por fuera de Diaspar solo existe un erial desértico e inhabitable.
Todos los seres humanos de Diaspar son recreados por los equipos autónomos que cuidan la ciudad, el ciclo evolutivo se detiene para dar paso a una inmortalidad discontinua.
Los habitantes de Diaspar tienen derecho de vivir un milenio completo. Después de este tiempo, mueren y sus recuerdos son absorbidos por el Ordenador central de la ciudad, con la finalidad de ser recreados en un futuro, donde comenzaran una nueva vida y los recuerdos de las vidas pasadas afloraran poco a poco.
El protagonista de la novela, Alvin, es un ser peculiar, aun dentro de los estándares de estos posthumanos. Alvin es un único, un ser humano sin vidas pasadas, además de esto, Alvin tiene un ardiente deseo por salir de Diaspar y observar el mundo exterior y el universo.
Dentro de Diaspar siempre es de día, los sirvientes autónomos de la ciudad protegen a los habitantes de cualquier peligro, y las miles de expresiones artísticas de este monótono paraíso no son suficientes para calmar la sed de aventura de Alvin.
Un día, Alvin conoce a Khedrom el Bufón, el único ser humano dentro de Diaspar al que se le permite una existencia traviesa y problematica, con la finalidad de crear ambientes de caos controlado, para agregar sabor a la habitual existencia de la ciudad.
A pesar de estar escrito a mediados de los cincuenta, el libro cuenta con muchas ideas interesantes, nano-fraguas que generan alimentos u objetos al instante, la humanidad en el ocaso de su edad de oro, un sistema digital de recuperación de identidades, la desaparición de los nacimientos como los conocemos, juegos de realidad virtual, y mantenimiento nanotecnologico para que la ciudad nunca decaiga.
El estilo de la novela es parco y directo, aunque algunos fragmentos resuenan con un lirismo avasallador, el libro es narrado en tercera persona, siguiendo las andanzas de Alvin. La historia es narrada de una forma cronológica, sin flashbacks que interrumpan el flujo de la trama.
El autor utiliza un estilo simple pero efectivo, sin palabras rebuscadas, donde la idea que da fruto a la historia es lo más relevante. El libro puede ser leído por personas sin acercamiento anterior a la ciencia ficción, pero lo disfrutaran mas los lectores del genero.
El tema principal de la obra, a mi entender, es que ni la inmortalidad, ni una vida sibarita y libre de peligros son suficientes para satisfacer el sentimiento de plenitud en la raza humana.
Es necesaria la lucha por lo que se desea, los sueños y también las derrotas, el intercambio de ideas y de culturas. Así como la esperanza de poder acceder a la infinitud del universo, la trascendencia de la proyección de la humanidad hacia las estrellas.
La ciudad y las estrellas es un claro ejemplo de la mejor ciencia ficción de la edad de oro, llena de maravillas tecnologicas y un claro mensaje positivo. Sin duda el libro fue escrito durante la mejor época del autor.
Ciencia ficción de ideas y conceptos elevados, que entretiene, estimula y maravilla. Recomendado para lectores con poca cercanía al genero de ciencia ficción.
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