Precaución: El mesías de Dune es el segundo libro de la serie. Si estas iniciando la lectura de esta saga debes empezar con el primer libro, Dune. A continuación se mencionan algunos hechos relevantes del primer libro.
El libro inicia doce años después de que Paul Atreides destronara al emperador Shaddam, Paul inició una Jihad universal que conquistó la mayor parte del universo conocido. Eventualmente, Paul se siente incapaz de detener la avalancha religiosa que provocó.
A pesar que en la refriega han muerto mas de 65 billones de personas, Paul presiente que esto es solo el principio de algo mucho peor. Mientras tanto las Bene Gesserit, la Bene Tleilax, El gremio espacial, la princesa Irulan (la hija del emperador anterior, Shaddam Corrino) y algunos Fremen disidentes planean el derrocamiento de Paul.
La princesa Irulan administra contraconceptivos a Chani, la concubina de Paul, con el fin de ser ella quien procree los descendientes del Trono. Paul conoce esto, pero no hace nada al respecto, pues tiene visiones donde observa morir a Chani mientras da a luz.
La Bene Tleilax utiliza los Danzarines sin rostro para manipular a los Fremen, y propiciar el asesinato de Paul Atreides, aunque el ataque con misiles atómicos falla, Paul queda ciego. Y debe tomar una decisión para encausar a su descendencia como los legítimos herederos imperiales, y al mismo tiempo desmitificar su nombre y detener la Jihad, debido a que preve que ese camino llevara a la humanidad al estancamiento y la autodestrucción.
En esta segunda novela se tratan con mas fuerza algunos temas que se tocaron de pasada en la primera, en particular, el mesianismo. Ademas de la incertidumbre de las premoniciones, Paul comprende que un hombre libre no puede basar sus acciones en visiones, en futuros posibles. Sino, asumir por completo la responsabilidad de sus decisiones.
Las intrigas políticas se mantienen a la orden del día. Aunque se resiente que no anden los Harkonnen cerca, y la Bene Gesserit y la Bene Tleilax pasan a tomar la función de ser los adversarios de la casa Atreides.
La novela se siente como un algo transitorio, donde la resolución de muchas cosas se aplazaran a la siguiente novela, cosa que de hecho sucede. Es como si el éxito hubiera tomado desprevenido a Frank Herbert, y se hubiera apresurado en escribir la continuación, mientras gozara del aclamado recibimiento de Dune.
Si tienes algún comentario de Dune, o de la obra de Frank Herbert. No dudes en hacérnoslo saber. Mientras tanto deliberaremos acerca del sendero de Oro en una fogata Fremen.
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