The beyond es una novela de fantasía escrita por el autor norteamericano Jeffrey Ford. Esta obra finaliza la trilogía The Well-Built City, las dos novelas anteriores fueron traducidas por Minotauro: La fisiognomia y Memoranda.
Hay muchos autores de fantasía moderna interesantes; Neil Gaiman, Jonathan Carroll, Tim Pratt, Kelly Link, pero de todos ellos el autor por el que siento más afinidad es Jeffrey Ford. Sus obras son más potentes, más monolíticas, como si estuviéramos frente a relatos o testimonios orales muy rebuscados.
En la primera novela, La fisiognomia, conocemos al fisiognomista Cley, un experto en la lectura de los rasgos faciales, el mundo de la obra es un universo donde la frenología es una ciencia exacta. Cley es enviado por su jefe, Drachton Below, al poblado de Anamasobia para recuperar una fruta que otorga la inmortalidad. Desafortunadamente también produce locura.
Cley es un sujeto completamente aborrecible, adicto a un potente alucinógeno llamado Belleza Pura, llega al poblado e inmediatamente se enamora de Arla Beaton, un valiente mujer de la localidad, en un increíble arranque de locura, Cley intenta modificar la personalidad de Arla mediante técnicas fisiognomicas, dejándola desfigurada. De hecho, no solo la desfigura, realiza un trabajo tan terrible ¡que cualquier persona que posa la mirada en su rostro muere! Un recordatorio de que nunca debemos jugar con escalpelos cuando estamos hasta el tuétano de alucinógenos.
En Memoranda, Drachton Below esta muerto, pero su obra sigue influenciando la vida de las personas de Wenau, la ciudad donde vive Cley. Quien se adentra en una ciudad que funciona como un avatar material del inconsciente de Below.
En The beyond, Misrix un demonio educado como hombre, e hijo putativo de Below, Cley y un perro llamado Wood se adentran al más allá (The beyond del titulo) porque Cley desea hacer las pases con Arla Benton, por haberla desfigurado.
Misrix regresa del éxodo, y se convierte en nuestro narrador, mediante la Belleza Pura puede acceder a las acciones de Cley y Wood y ponerlas en papel. Es a través de sus ojos que los vemos penetrar en un oscuro y onírico mundo.
Soberbio final de la trilogía, compensa lo flojo de la segunda novela, hay tantas cosas en la novela, tantos encuentros, el único autor que se le acerca a Ford en la incrustración de significado es Gene Wolfe y esas son palabras mayores.
Es una lastima que Minotauro se declarara en bancarrota y que Planeta la haya comprado tan solo por el catalogo de Tolkien, sin dar continuidad a tantas buenas obras. Pero eso ya es agua pasada.
A veces parezco Jeremías, el profeta loco, predicando a solas en el desierto, pero con que convenza a una sola persona al culto de Jeffrey Ford me conformo.
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