"Alguna vez aspiramos a las estrellas. El ansía hacia el exterior. Ya no más. Nos hemos volcado hacia adentro, hacia nosotros mismos, en el nombre de la felicidad. Mejor ser feliz, mejor vivir una vida sin dolor, o miedo, dentro de estos muros que llorar por las estrellas. Ya no hay más afuera."
Out on blue six es una novela de ciencia ficción del autor galés-irlandés Ian McDonald. Esta obra no ha sido traducida al español.
Esta fue su segunda novela después de su opera prima Camino Desolación, la cual lo colocó en los reflectores de la crítica especializada a finales de la década de los ochenta.
Anteriormente he dado mi opinión de algunas otras obras de McDonald, tales como Camino Desolación, El río de los dioses, Brasyl, Cyberabad days, The dervish house, The broken land, Planesrunner, Be my enemy y Empress of the sun.
La trama se ubica en la Sociedad Compasiva del Gran Yu, un enorme enclave amurallado, hogar de mil quinientos millones de habitantes, el gobierno los protege de los horrores y deshechos radioactivos provocados por el Rompimiento, el desastre termonuclear producido, en parte, por la insana destrucción de los recursos y el cambio climático, a finales del siglo XXI.
Como si fuera la antítesis y a la vez un paralelo de 1984, la felicidad es obligatoria y es suministrada por el Estado a la fuerza. La policía del amor (LovePolice) vigila que las personas no provoquen crímenes (SoulCrimes) que atenten contra la felicidad de sus conciudadanos. El Ministerio del dolor calcula la casta a la cual pertenece una persona y cual es su pareja con el rating de felicidad más probable, y obliga a los ciudadanos a formar parejas, lo quieran o no, el Ministerio del dolor no se equivoca.
La obra se divide en dos líneas narrativas, la primera es protagonizada por Courtney Hall, una joven caricaturista, perteneciente a la casta yulp, los profesionistas. Courtney desea imponer un nuevo rumbo en la caricatura que realiza, Wee Wendy Waif. Y es detenida inmediatamente por su editor, Marcus Forde, quien le previene de introducir sátira en las obras mediáticas consumibles, pues provocaría duda y temor en sus lectores, un PainCrime nivel 3, esto le podría merecer ser enviada a un Centro de Rehabilitación, para ser "reeducada". Por cliché y absurdo que suene, un sueño cambia su vida.
En la segunda línea narrativa nos encontramos con un individuo sin nombre, desnudo y sin recuerdos tirado en el piso de un callejón, con sólo la lluvia pegajosa como cobijo. Esta tabula rasa, que más adelante toma el nombre de Kilimanjaro West, el suburbio donde despertó, se une a una compañía de artistas vandálicos itinerantes conocidos como Los apóstoles rabiosos, los cuales crean flash mobs espontáneas, con el fin de agregar asombro en sus conciudadanos de la sociedad del Gran Yu.
Cuando Camino Desolación
fue publicada en 1988 fue un pequeño parteaguas en la ciencia ficción,
aunque la leí más de 20 años después de su publicación también sentí que
con esta obra iniciaba un nueva era de la ciencia ficción. La cual
mezclaba los temas de la Edad de Oro, la exploración del planeta rojo en
ese caso, junto al cyberpunk, la nanotecnología, la sátira y
surrealismo, todo bellamente entretejido para producir una obra
completamente sui generis.
No puedo enumerar todas las cosas que me maravillaron de esté libro, McDonald es como un niño al que se le da carte blanche para poder escribir cualquier cosa que se desprenda de su inconsciente, y esté libro es literalmente una diarrea imaginativa insuperable, mil supernovas explotando en mi cerebro, una tras otra.
¿Con cuál imagen me quedo de las miles que pueblan el libro? Todas ellas me produjeron asombro en mayor o menor grado, El insano Rey de Nebraska, su corte de mapaches con implantes cerebrales para volverlos inteligentes, el viaje en el subterreno (¡como un submarino pero terrestre!), las castas perpendiculares viviendo en el Muro, los absurdos actos vandálicos de los apóstoles, la chica teletransportadora, los jóvenes patinadores recorriendo los cables de los teleféricos, a cientos de metros sobre el suelo y muchos ejemplos más.
Sobran todas las lisonjas que pueda dirigir hacia esta obra, imaginen un remake de 1984 escrito a seis manos, por George Orwell, Terry Gillian y China Mieville, después se le es entregado a Philip K. Dick para que lo escriba y a final es entregado a William Gibson para que lo rehaga en clave cyberpunk.
Pensé que conocía la obra de McDonald, pero sólo conocía al McDonald controlado y dueño de todas sus habilidades, no este Juggernaut desaforado quien no conoce el significado de la palabra límites, todo en esta obra es exagerado, la trama, la ambientación, los personajes, el estilo onírico stream-of-concience, el ritmo implacable, esta novela pasa a ser innegablemente una de mis favoritas.
¿Con cuál imagen me quedo de las miles que pueblan el libro? Todas ellas me produjeron asombro en mayor o menor grado, El insano Rey de Nebraska, su corte de mapaches con implantes cerebrales para volverlos inteligentes, el viaje en el subterreno (¡como un submarino pero terrestre!), las castas perpendiculares viviendo en el Muro, los absurdos actos vandálicos de los apóstoles, la chica teletransportadora, los jóvenes patinadores recorriendo los cables de los teleféricos, a cientos de metros sobre el suelo y muchos ejemplos más.
Sobran todas las lisonjas que pueda dirigir hacia esta obra, imaginen un remake de 1984 escrito a seis manos, por George Orwell, Terry Gillian y China Mieville, después se le es entregado a Philip K. Dick para que lo escriba y a final es entregado a William Gibson para que lo rehaga en clave cyberpunk.
Pensé que conocía la obra de McDonald, pero sólo conocía al McDonald controlado y dueño de todas sus habilidades, no este Juggernaut desaforado quien no conoce el significado de la palabra límites, todo en esta obra es exagerado, la trama, la ambientación, los personajes, el estilo onírico stream-of-concience, el ritmo implacable, esta novela pasa a ser innegablemente una de mis favoritas.
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