Sopa de cristales es una obra de fantasía moderna del escritor norteamericano Jonathan Carroll, esta novela está relacionada a una obra anterior del autor, Manzanas Blancas (2002); sin embargo no es necesario leerla con anterioridad, lo sé porque yo no la he leído y no tuve ningún problema para seguir la trama.
Nota: Es probable que eche a perder la lectura de Manzanas blancas, debido a algunos spoilers que es necesario contar durante la reseña.
Caroll creo una página de Internet para dar a conocer la novela, ésta cuenta con bocetos e información, y la dirección de la misma es www.glasssoup.com.
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Un hombre de mediana edad llamado Simon Haden vive en un extravagante mundo donde los conductores de autobús son pulpos, sus profesoras de primaria se mantienen en la misma edad que cuando era niño y es común observar una paleta caminando por la acera. Simon es un poco corto de entendederas pero eventualmente descubre que se encuentra en el mundo de los muertos.
Mientras que en el mundo de los vivos, Isabelle Neukor lleva en su vientre a Anjo, su hijo concebido con Vincent Ettrich. La relación entre ellos puede considerarse como normal excepto por una condición, Vincent murió e Isabelle utilizó algunos métodos poco ortodoxos para revivirlo, estos eventos no quedaron exentos de consecuencias, pues el Caos cobró conciencia de su existencia y está dispuesto a romper el equilibrio que mantiene con el Orden.
Isabelle es teletransportada al azar al purgatorio personal de Simon, mientras que éste es convertido en un agente del Orden con el fin de arreglar las cosas. La decisión de salvar al hijo de ella signifique perder a Isabelle, la única mujer que se resistió a sus encantos.
Me agrada el estilo del autor pero encontré este libro algo decepcionante. En primer lugar porque todo ese combate del bien contra el mal, orden contra el caos, me suena a cliché bastante rancio, no es digno de un escritor con la habilidad y la imaginación de Carroll.
Otra cosa que no me cuadra es utilizar un grupo de norteamericanos en Viena para contar la historia, si en ese lugar es donde le gusta ubicar la historia, ¿por qué no usar personajes austriacos o alemanes?, no digo que todos, pero al menos uno, hubiera sido más sencillo ubicar la novela en U.S.A.
Los chispazos de genialidad están presentes como en las demás obras de Carroll, los diálogos ingeniosos y las reflexiones oportunas, lo único que falta es una trama original. Si eso no te importa la novela es bastante disfrutable.
Y si no has leído a Carroll yo comenzaría con Los dientes de los ángeles, el país de las risas o El museo del perro.
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