sábado, 27 de octubre de 2012

'Cántico por Leibowitz', de Walter M. Miller Jr

Cántico por Leibowitz. A Canticle for Leibowitz. Walter M. Miller Jr. 1960

Cántico por Leibowitz es una novela de ciencia ficción de corte post-apocaliptico del escritor estadounidense Walter M. Miller. Jr.

Esta novela es la única publicada por este autor en vida. La continuación de esta novela, San Leibowitz y la mujer cabeza de caballo fue publicada póstumamente en 1997. Un año después de la muerte del autor.

Esta novela ganó el premio Hugo en 1961.




  
Dentro de las obras del genero postapocalíptico, pocas novelas llegan a un nivel de claridad y profundidad en los temas que toca como Cantico por Leibowitz, la mayoría de esta obras se ceban en la violencia y la brutalidad de los eventos, mientras que está tiene la agudeza para tocar temas más trascendentales.

Durante la Segunda Guerra Mundial el autor formó parte de la tripulación de un bombardero que participó en la destrucción de un monasterio católico en el Monte Cassino, en Italia. Esta experiencia lo afectó de tal manera que escribió el relato que forma el primer tercio de la novela. 

Originalmente el autor escribió tres relatos cortos que se aglutinaron para formar la novela, los capítulos son 'Fiat Homo' o Hágase el hombre, 'Fiat Lux', o Hágase la luz y 'Fiat Volutas Tua', Hágase tu voluntad.

La humanidad cumplió la amenaza de la aniquilación nuclear a principios del siglo XXI, la corta conflagración fue llamada El diluvio de fuego, el mundo  sufrió una regresión a la edad de piedra. En donde las masas enardecidas e ignorantes comenzaron a destruir todo rastro de conocimiento del viejo mundo, y todos los científicos y técnicos fueron linchados. Este proceso de destrucción fue llamado La simplificación.

En esta Nueva Edad Oscura los monjes católicos son las únicos que se preocupan por recuperar y preservar la cultura humana, arriesgando su vida para recuperar libros y datos técnicos, que la mayoría de las veces son imposibles descifrar.

La novela inicia en el siglo XXVI, con un joven novicio llamado Francis Gerard, el cual pertenece a la orden Albertiana de San Leibowitz, Leibowitz era un ingeniero eléctrico antes del conflicto nuclear y después del Diluvio de Fuego se convirtió al catolicismo y se dedicó a crear un grupo de personas que protegieran la mayor cantidad de libros y conocimiento de la destrucción. Razón por la cual se inicia un proceso de beatificación a su persona.

Francis está haciendo una vigilia solitaria en el desierto, obligada para todos los novicios. Como esta vigilia comprende soledad y ayuno alejado de la abadía, Francis se encuentra haciendo un refugio de piedras que lo protejan de los lobos durante la noche.

Un día, un anciano peregrino se le aparece, escribe unos garabatos en el suelo y se retira. Cuando Francis los revisa encuentra la entrada a un refugio nuclear. Dentro de él, Francis encuentra algunos documentos  que ponen en entredicho la historia de Albert Leibowitz, y también ponen en jaque su destino dentro de la congregación.

El segundo capítulo transcurre 600 años después, en 3174, la humanidad esta saliendo lentamente del periodo oscuro hacia un nuevo Renacimiento. Thon Taddeo, un erudito secular es enviado a la abadía de San Leibowitz, con el fin de estudiar la memorabilia conservada en ese lugar, pero también con el mandato a los guardias que lo acompañan de analizar las capacidades defensivas de la abadía, para ser usada como fuerte en caso de la inminente guerra entre los diferentes estados de la ex-Unión Americana, la cual se ha fragmentado.

El tercer capítulo ocurre en el año 3781, la humanidad ha regresado a un nivel tecnológico igual o superior al alcanzado antes del Diluvio de Fuego. El abad de la orden Albertiana de estos días, Dom Jethras Zerchi, prepara un plan de contingencia para enviar a un grupo de monjes en una nave espacial hacia el espacio, con el fin de preservar la cultura humana en caso de un segundo intercambio nuclear.

Cantico por Leibowitz es uno de los clásicos de ciencia ficción que siempre me había negado a leer, principalmente porque no me llama la atención las obras con una clara inclinación religiosa.

Debo admitir que batalle un poco para adentrarme en la lectura, pero mientras más lo hacía me adentrada gustosamente en este microuniverso, en donde una lectura cuidadosa otorga diferentes capas de significado a los eventos, y proporciona un mayor nivel de envolvimiento.

El simbolismo cristiano está muy presente en algunas decisiones tomadas por los personajes, también existen algunos juegos psicológicos por parte del autor, por ejemplo, el anciano que aparece al principio de la novela es posible que sea el propio Lázaro, el judío resucitado por Cristo.

La confrontación y complementación entre ciencia y religión es un tema presente en mayor relevancia dentro del segundo capítulo. Mientras que en el tercero, a mi parecer, el tema principal es el de la piedad o compasión hacia los seres humanos dolientes, y el vínculo de este sufrimiento con relación a Dios.

Disfruté mucho del libro, pero no es una lectura fácil. Trata con  mucha mayor agudeza y dignidad que otras obras los temas religiosos y científicos.

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