Ben Reich es un exitoso empresario de la industria de la transportación dentro del sistema solar. Reich es joven, guapo, audaz y sanguinario. El único pelo en la sopa de Reich es su rival corporativo, D'Courtney.
Cansado de perder contratos, Reich envía una propuesta a D'Courtney para fusionar las dos empresas, propuesta que D'Courtney acepta, pero el perturbado estado de Reich lo hace leer que D'Courtney rechaza la oferta. Por lo que Reich decide ejecutar una solución mas extrema, matar a D'Courtney.
En el mundo del siglo XXIV se ha desarrollado la habilidad humana de telepatía, es decir, algunas personas tienen la habilidad de leer la mente de los demás. Los telépatas son llamados espers dentro de la novela, por el fenómeno ESP (Extra Sensorial Perception). Existen diferentes rangos entre los Espers, siendo los de Clase 1 los de mayor nivel, y estas personas son las que tienen los rangos mas altos dentro de las esferas gubernamentales, civiles, militares, etc.
Debido a que los mejores Espers trabajan en la policía, Reich decide contratar a un esper clase 1 conocido de el, Gus Tate, para que le ayude a crear barreras mental al momento de realizar el asesinato. Reich embauca a una socialité amiga de él para realizar un juego en medio de la fiesta, y aprovechar el apagón para asesinar a D'Courtney.
Reich logra su cometido, y el resto de la novela se narra un duelo de voluntades entre Reich y el inspector de la policía, Lincon Powell.
'Las estrellas mi destino' y 'El hombre demolido' comparten la misma intensidad, el ritmo frenético que apabulla el lector, las mismas coincidencias de historieta cómica que rompen la credibilidad dentro de la historia, y la inmensa energía en los diálogos y la trama, lo cual es un sello característico de Alfred Bester.
Las características afines entre los protagonistas de 'El hombre demolido' y 'Las estrellas mi destino' son muchas, los dos son hombres con una voluntad de acero, son antiheroes en el sentido estricto del termino, y se encuentran fuera de la ley la mayor parte del tiempo.
De todos los autores de la edad de oro Alfred Bester es el mas entretenido, quiza no posea el mejor estilo, las tramas mas verosímiles o rigor científico, pero sus novelas se leen como agua, y logran hacer pasar un buen rato al lector, y eso es lo único que importa.
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