Los devoradores de cadáveres es una novela de fantasía publicada en 1976 por el autor norteamericano Michael Crichton. Crichton falleció de cáncer en el 2008.
En el siglo XII, el embajador árabe Ahmed Ibn Fahdlan es enviado a la Europa del Este para establecer contacto con los búlgaros, no los ciudadanos balcánicos de la actualidad, sino los miembros de una tribu rusa. La selección de Fadan es realizada como castigo por un lío de faldas en el que se ve involucrado.
Después de una difícil y larga travesía, a la caravana de Fahdlan le es impedido el paso por un grupo de guerreros nórdicos, antes de que Fahdlan pueda mediar con el jefe vikingo, debe acudir al funeral del mismo. Por lo que debe esperar los mecanismos de selección del próximo jefe.
Antes de que Fahdlan pueda dialogar con el nuevo jefe vikingo, Bullywif, un barco hace presencia en la costa, del cual desembarca un joven príncipe de la región de Hrothgar. El cual explica que los dominios de su padre son asolados por unos fantasmales guerreros llamados Wendol.
Una vieja oráculo conocida como "El ángel de la muerte" lanza las runas y dicta que Bullywif debe acudir en su ayuda, acompañado de 13 guerreros. Siendo el treceavo un guerrero extranjero. Fahdlan es seleccionado para acompañarlos.
En Hrothgar, Bulliwyf y sus guerreros deben enfrentar la desconfianza de la corte del rey, así como a los terribles guerreros caníbales denominados Wendol.
En 1999 se estreno la versión fílmica del libro, llamada en Estados Unidos 'The 13th Warrior" (El treceavo guerrero). Protagonizada por Antonio Banderas en el papel de Ibn Fadhlan, y dirigida por John McTiernan.
'Los devoradores de cadáveres' es fantasía fuera de lo tradicional, principalmente por estar protagonizada por un personaje musulmán rodeado de vikingos. Tiene un ritmo extremadamente ágil y accesible. Y sus 130 paginas de extensión permiten leerla en un viaje.
La narrativa de Crichton es fácilmente abordable, con el ritmo betsellero que se le conoce, pero sin las peroratas científicas que llenan sus libros de ciencia ficción. Vale la pena si el lector es fan de la fantasía no ortodoxa, de los vikingos o de Michael Crichton.
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