Paz. Peace. Gene Wolfe. 1977. Interzona.
"Anoche cayo el olmo que había plantado Eleanor Bold, la hija del juez" con esta engañosamente inocua frase inicia Paz. El que habla es Alden Weer, un hombre de unos sesenta años que siempre ha vivido en un pueblo del medio Oeste.
Nunca sabremos si Weer no ha muerto ya de un infarto. El mismo ignora si esta en su oficina o en un cuarto de la exagerada casa que mando construir. Lo que oímos, por cierto, no es un formal recuento de una vida, sino una atmósfera hecha de gente y de momentos.
Abundan las digresiones, la acción recae en personajes secundarios, y todos cuentan algo, hasta parábolas chinas y cuentos sacados de las mil y una noches.
En el libro conocemos a la madre, al abuelo y a la niñera de Weer, a la adorable tía Olivia y a sus tres pretendientes. Ninguno esta vivo, pese a su humor estrafalario, Paz es un gran libro de los muertos del corazón del siglo veinte.
Tres excursionista descubren en una cueva un cráneo humano, vestigio de un pueblo extinguido diez mil años atrás, Alguien describe las angustias de un farmacéutico que creía tener en casa al fantasma de su esposa. El capataz de una fabrica de jugos recuerda la muerte de un peón en una cámara fría.
Toda la novela habla de lo mismo, vivimos entre vidas desaparecidas. Cada una presente en su historia y con una voz característica. Wolfe adopta esas voces, con un oído soberbio. Al lector le tocaran establecer los vínculos, pero si persevera tendrá recompensas sustanciosas.
Este es el libro mas alejado de la fantasía y la ciencia ficción por este autor norteamericano. Pero en lugar de que esto lo vuelva mas cotidiano, le añade muchas capas de lectura, que se pueden disfrutar a la segunda o tercera lectura. Un libro "Mainstream" con toques de fantasía muy recomendable.
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